El primer paso para manejar los problemas de memoria, pensamiento y concentración es aceptar que estos se pueden presentar. Particularmente si no ha tenido ninguna prueba o explicación formal, lo cual es común, puede ser difícil aceptar que los problemas que tiene son reales. A veces, esto lleva a las personas a intentar constantemente probarse a sí mismas para demostrarse que están bien o no. Sin embargo, los problemas de memoria y concentración son comunes en muchas personas que han tenido COVID.
Si le pregunta a las personas de su familia, probablemente también habrán notado cambios, preguntarles puede ayudar de dos maneras: en primer lugar, puede ayudarlo a pesquisar que hay un problema y, en segundo lugar, les ayudará a usted y a su familia a sentir que pueden hablar al respecto y encontrar juntos distintas formas de afrontarlo en lugar de tratar de evitar el tema. Es casi seguro que esto aliviará la presión tanto sobre usted como sobre ellos; recuperarse de COVID es suficiente para hacer frente, sin la presión adicional de tratar de mantener los problemas ocultos.
Hablar de los problemas con quienes le rodean, familiares, amigos o colegas, también le permite pedirles que le ayuden en la casa, puede pedirles a familiares o amigos que le recuerden que debe hacer una tarea en un día u hora en particular. En el trabajo, es posible que pueda pedirles a sus colegas que hagan lo mismo.
Una parte importante de la gestión del impacto de los problemas de memoria y pensamiento es la gestión de sus actividades diarias y la planificación y priorización de ellas.
También existen algunas técnicas específicas que pueden ayudar a manejar cada tipo de problema:
Para mejorar la capacidad atención:
– Realizar una actividad a la vez, o disminuir el número de actividades simultáneas.
– Centrar su atención en el presente y en la actividad que está realizando
– Adecuar el entorno para evitar estímulos que le distraigan de sus actividades.
– Realizar ejercicios de meditación.
Para mejorar la capacidad de memoria:
– Seguir recomendaciones para mejorar la atención, ya que problemas atencionales puede derivar en problemas de memoria.
– Utilizar calendarios y agendas para anotar recordatorios, citas de reunión y gestionar actividades.
– Planificar las actividades diarias y seguir una rutina que no implique tener que memorizar demasiadas cosas.
– Al tener una reunión o atención de salud, solicitar un mensaje, mail o documento en los que se resuma lo conversado y acordado.
– Realizar actividades que le mantengan mentalmente activo, como mantener conversaciones o jugar juegos de lógica.
– Revisar fotos, objetos o música que le traigan recuerdos del pasado.
Recomendaciones generales:
– Conversar sobre esto con profesionales de la salud, y de ser necesario solicitar derivación con un neurólogo, psiquiatra o neuropsicólogo.
– Conversar sobre esto con familia, amigos u otras redes de apoyo.
– Mantener el autocuidado: dormir adecuadamente, alimentarse sana y balanceada, mantener actividad física (puede ser de baja intensidad).